Cuando la conocí y empezamos a conversar, una de las primeras cosas que me dijo fue que toda su familia estaba vinculada de una forma u otra, a este deporte. Y porque el ser humano es así, pensé, en lo fácil que lo ha tenido para conseguir, hacer o moverse por este mundo, teniendo a quien tenía como familia.
Su padre presidente de un club, su tío gerente, su tía jugaba en la selección española, su hermano en Superliga Nacional y en la República Checa, su otra prima en Francia….
Pues nada más lejos de la realidad, lo que os voy a explicar es una historia de superación, de valentía, de lucha y un ejemplo para muchas personas que piensan que los deportistas de élite son extraterrestres. Es cierto que algunos tienen unas habilidades innatas asombrosas y que, a través del trabajo, entrenamiento y constancia, se convierten en algo muy parecido a un X-Men. Cierto.
Pero a otros, la naturaleza, la genética y las circunstancias no les acompañan y no por eso se rinden.
A ella desde siempre le dijeron que no iba a conseguir nada en el Vóley, aunque su familia le ha ayudado, no dejó de escuchar “no vas a llegar, no te emociones, lo vas a tener muy difícil” …. Pero no sabían que diciéndole eso, la estaban motivando más y estaban despertando en ella una lucha y un sacrificio que le ayudaría a conseguir todos los objetivos que se había marcado.
Su metro con setenta y dos centímetros, hicieron que fuera durante cuatro años consecutivos la jugadora más bajita de la liga, en su posición. Fue campeona de España sub-21 y no se conforma con su cuarto puesto con la absoluta, ella quiere ser campeona de España y jugar internacional, aunque no haya casi ninguna jugadora con su estatura a nivel mundial, ella no entiende de limitaciones.
“Sí que es cierto que tengo una buena condición física para los deportes, pero cuando llegas a cierto nivel, hay mucha gente que tiene las mismas condiciones o incluso mejores, pero no consiguen llegar tan arriba por falta de esfuerzo y trabajo. Los jugadores TOP son los que aúnan la genética y la naturaleza con el trabajo y esfuerzo, en mi caso soy una persona con menos talento y por eso me tengo que esforzar más.” Explica Nuria.
Hace seis años, una lesión en la rodilla anunciaba una retirada inminente, no solo del voleibol, si no del deporte en general. Nunca más iba a poder salir a correr ni a hacer ninguna actividad física. Fue el peor momento de su vida, no solo a nivel profesional, sino también a nivel personal. Desgraciadamente este sería el final y de hecho es el final de muchos deportistas, pero no para Nuria, por supuesto que lloró, obviamente que se derrumbó. Pero derrumbada y con lágrimas en los ojos, no dejó de visitar traumatólogos, hasta que encontró a Luisa Ibáñez, quien le dijo que podría volver a correr.
Hace cinco años de eso y no volvió a correr, no, volvió a ganar y se centró más en el Vóley playa, que aun siendo más exigente que la pista, la amortiguación de la arena, respetaría más su rodilla. Junto a Erika Kliokmanaite forma el equipo Dulce de Leche Márdel. Consiguieron llegar a la final del circuito nacional, pero al no tener Erika la nacionalidad española, no pudo disputar la final de la copa de con ella. El cambio de compañera, la falta de entrenamiento y compenetración hicieron que no pudieran superan el séptimo puesto.
Os dejo con ella, que al igual que a mí, seguro que va conseguir emocionaros:
Mi idea es jugar internacionalmente pero tal y como está montado el circuito mundial, no puedes jugar con alguien extranjero. De momento estamos ahí, tú vas representando a España, podemos jugar ciertos circuitos, pero no oficiales. No podría ser campeona de Europa con ella. Es un poco frustrante estar 3ª en el ranking nacional y no poder disputar la final. Al final son tan importantes las pruebas del circuito como la final, pero a mí me compensa tener a una pareja competitiva que nos entendemos a la perfección: ella es bloqueadora, yo soy defensora, ella es más alta, yo soy más baja cuadramos muy bien, es perfecta.
Nunca me llevo a la pista mi vida, entro y me transformo, toco la pelota y me sale una sonrisa. Hay días malos, obviamente, pero porque me ha ido mal la parte deportiva, no porque me afecte mi vida o traslade mis problemas a la pista.
Con el vóley llego mal y me voy bien y cuando llego bien, me voy bien. El resultado siempre es bien después del vóley. De hecho, en el Club Voleibol de l’Ametlla, donde entreno a diferentes secciones, es lo que les intento inculcar a mis niñas, les digo: “Antes de pasar a la pista, si tenéis algún problema o algo os preocupa, quiero que me lo digáis y que lo hablemos”. Yo necesito saber que están mal, para no apretar tanto o gestionar las cosas de otra forma con ellas. Y además en el momento que me lo explican es como que el problema pierde importancia. Es bueno resetear tu vida antes de entrar a la pista y poder concentrarte para dar lo mejor de ti.
Hay muchas situaciones en el deporte de incomprensión, no entiendes porque no te sale absolutamente nada, y más en deportes psicológicos como el vóley playa que estás tú sola, no tienes al entrenador durante el partido. Estáis tú y tu compañera. Por eso es importante ser fuerte psicológica y emocionalmente. Ante todo, soy deportista, he practicado muchos deportes.
El deporte en mi familia nos viene de serie, mis padres me apuntaron a un montón de deportes, hice atletismo hasta juvenil con 17 años, soy campeona gallega de salto de altura y en triple quedé tercera, me gustaba el atletismo. Pero llegó un momento que tuve que elegir porque no podía con todos los deportes que practicaba y los estudios. Fue duro porque a mí me gustaba más el atletismo, competir en atletismo. Pero luego el grupo tira y decidí tirar por el voleibol.
En la actualidad vivo por ello y vivo en Cataluña lejos de mi familia y luchando por el Vóley playa. La primera vez que fui campeona de España sub 21 fue el mejor momento en la pista, además lo gané con mi prima. He jugado con muchas parejas, pero la satisfacción de ganarlo con mi prima fue especial. Al año siguiente lo volvimos a conseguir las dos.
Para ser la mejor necesitas entrenar muchas horas, entonces, ya no puedes tener un trabajo normal de 8 horas. El deporte te pone en la realidad en un momento, la gente que se cree buena… bueno, en deportes de equipo aún se pueden esconder un poco y si el equipo gana pueden pensar, bueno yo lo hice bien. Pero en deportes individuales ahí no hay excusas.
Además, ganas un día y pierdes el siguiente, eso hace que todos nos respetemos. En el deporte como no seas muy realista te llevas palos por todas partes.
Me da pena que mi primera aparición en prensa a nivel internacional fuera por mi cuerpo, pero mira, a raíz de eso me salió un patrocinador. Tenía un doble sentido que intenté gestionar lo mejor que supe, porque no quería dejar pasar la oportunidad de darle difusión a este deporte.
Y no me importa que la gente venga porque tenemos cuerpos espectaculares, ¡pues que vengan! pero que vengan. Lo único que quiero es hacer deporte y poder vivir de ello.
Hace un año Nuria se volvió a lesionar, en la misma rodilla, pero menos grabe. No se ha tenido que operar, pero allí ya dijo que se retiraba, que no podía más. Pero en la recuperación se volvió a enganchar.
@nuriabouza